El mundo no tiene tiempo. Y menos para celebrar un Black Friday más. Lejos de poner ya en marcha políticas para reducir el consumo actual de recursos, seguimos permitiendo días donde este se dispara a nivel mundial. Pero, ¿nos hemos parado a pensar qué consecuencias nos traerá a corto plazo? Sí, las consecuencias serán ahora. Ya no podemos seguir excusándonos en que los efectos serán para las generaciones futuras, nosotros mismos seremos los que vivamos las secuelas que le estamos dejando al mundo. Lo primero de todo, debemos conocer cómo empezó esta tradición que nos transforma en seres irracionales en cuanto vemos un símbolo de porcentaje de descuento.
¿Cuál es el origen histórico del Black Friday?
El viernes negro, o más conocido como Black Friday, deriva de la esclavitud.
El día después de Acción de Gracias los comerciantes de esclavos rebajaban el precio para la temporada de invierno.
¿Te ha sorprendido?
En realidad, no viene de ahí la tradición y eso es simplemente un bulo.
Pero si te ha escandalizado ese posible origen, ¿por qué no lo hace los resultados que nos trae la celebración de la fiesta?
Ahora sí, vamos a compartir contigo las dos versiones que existen sobre el origen de esta celebración.
El primer uso conocido del termino se dio en 1951 y las palabras «Black Friday» se refería a la práctica de los trabajadores de llamar diciendo que estaban enfermos tras Acción de Gracias para tener cuatro días libres consecutivos.
Por otro lado, desde al menos 1961 la Policía de Philadelphia usaba el término para referirse al día siguiente de Acción de Gracias debido a la gran cantidad de tráfico y de personas en el centro de la ciudad y en las tiendas.
Una tercera versión, en este caso popular, afirma que el término proviene de la fecha en la que las tiendas pueden convertir sus números rojos (pérdidas) en negros (beneficios).
Desde esos usos inocentes del término hasta la tradición que ha llegado a nuestros días todo ha cambiado mucho.
¿Qué se hace a día de hoy?
La celebración del Black Friday hoy en día.
El Black Friday es un día con rebajas significativas y descuentos por parte de las tiendas y grandes almacenes.
Surgió en Estados Unidos y a España llegó en 2012.
Los neurocientíficos afirman que la visión de las rebajas activa el sistema de recompensa en el cerebro y, aún así, otros estudios confirman que las compras desencadenan emociones negativas después de la euforia inicial.
Y a pesar de eso y de saber que las rebajas no son reales, ¿por qué seguimos consumiendo?
¿Te ha sorprendido esta última frase?
¿No sabías que los descuentos, en gran parte, no benefician al usuario?
Portales de comparación como Netzsieger observó que los precios de televisores, smartphones, neveras y lavadoras vendidos en Amazon, MediaMarkt y otros grandes comercializadores durante estas fechas flutuaban los precios.
Sólo en uno de los ocho dispositivos examinados el precio bajó.
Y un análisis del canal ZDF concluyó que el precio se mantuvo igual para la mayoría de los productos.
Celebraciones alternativas al Black Friday.
Consumir sin rigor no tiene por qué ser una celebración. A continuación, te dejamos un par de alternativas para que pases estas fechas:
El Green Day.
Esta alternativa surgió en 2015 y fue impulsada por representantes de la Comisión Europea y las organizaciones ECODES, WWF y Ecoserveis.
¿Cómo celebrar el Green Day?
Por un lado, como acto de resistencia al consumismo, es decir, no cayendo en la trampa de las empresas y no comprar nada este día.
Por otro lado, realizar una compra responsable. Es decir, en caso de necesitar algún producto, realizar esa compra pero, apoyando a marcas responsables y sostenibles.
El Giving Tuesday.
Se trata de una acción promovida por organizaciones como la ONU y que se lleva a cabo el martes siguiente al Black Friday.
¿Cómo celebrar el Giving Tuesday?
Consiste en celebrar la acción de dar y, por ello, cerca de 260 proyectos en España animan a las personas durante esta jornada a donar alimentos, dinero, tiempo (voluntariado), objetos de segunda mano, etc.
Conclusión.
En tus manos está la posibilidad de parar esta tradición que lo único que hace es seguir sumando nuevos productos sin necesidad.
Podemos frenar la tendencia de tirar objetos por el afán de sustituirlos por uno nuevo.
O podemos continuar como hasta ahora y esperar a que la Tierra nos expulse de ella.
Tú eliges.